En el otorrinolaringólogo…

En el otorrinolaringólogo…

La cosa iba así.

No se debe jugar con los petardos, y si se enciende la mecha se debe de soltar lejos. Pero lejos… ¿qué es lejos?
Eso es lo que no le dijeron, eso es la razón por la que estaba frente al médico…

Sabe usted señora, durante estas fiestas, no son las quemaduras o las lesiones en las manos lo que más se trata. Lo que más se trata son sorderas pasajeras o definitivas, así como problemas de mareos debido a lesiones en el tímpano. Sabe que un estudio menciona que la pérdida auditiva inducida por ruido se ha incrementado debido a factores como la industrialización. Se estima que un tercio de la población mundial padece algún grado de hipoacusia causada por exposición a ruidos de alta intensidad. La exposición al ruido puede afectar diferentes estructuras del oído y destruir las células ciliadas externas, que provocan diferentes grados de hipoacusia

Ese era el otorrinolaringólogo explicándole a la madre lo que le pasaba a su hijo.

La suerte que ha tenido su hijo ha sido que la explosión sólo le ha causado una pérdida conductiva. Necesitaré más pruebas para ver si la membrana se ha roto y en ese caso habría seguramente que operar, o si sólo tiene una inflamación severa; con un pequeño edema que he podido distinguir, con lo que seguramente con la medicación que le recetaré poco a poco irá recobrando la capacidad de oír. Escuchar no escuchará si no quiere.

Era la típica broma que solía hacer en estos casos. Como otorrinolaringólogo intentaba que las personas, que sus pacientes, oyeran lo mejor posible. Pero desistió hacía ya mucho tiempo, en intentar hacer que, de oír, pasaran a escuchar.

Mientras el joven todavía mareado por el combate de petardos, pensaba en la bronca que le iba a caer al llegar a casa. Tras lo mencionado por el médico no tenía escapatoria. Aunque quién lo hubiese pensado. Hay más lesiones auditivas por explosiones en los combates de petardos que heridos físicos. Pero eso nadie lo menciona porque no es “atractivo” y pensar que eso se solucionaría llevando bajo el gorro unos buenos cascos de DJ.

Bueno, al menos tuvo suerte.

Y pensando eso se levantó de la silla para seguir a su madre. La cara que le ponía le puso más aún sobre aviso de lo que le esperaba en casa.

Quién le mandaría desobedecerla y jugar con los petardos «Trueno FML» que compró por Internet. Sonido de un trueno, sí; pero sordera y pitido en el oído para tiempo también, y encima teniendo que decir que tuvo suerte…

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Tipos de pérdida auditiva. Más Información >>>

Trauma acústico generado por exposición a explosión de pólvora. Ver PDF

Petardo. Pequeña historia >>

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