Esta vez el tema se ajustaba a las fechas. Y las palabras eran…. «fáciles». Se invita a complicar rellenando el formulario de propuestas.
Tema: Halloween
Palabras: Astronauta, Lechuga, Blanco, marketing
Vaya noche acaba de pasar…. Y eso que todo había ido como la seda. Pero ahora estaba en la cama y no podía dormir. Se supone que cuando eres mayor ya no tienes pesadillas como las que llenaron mis pocos minutos de sueño.
Fuera todo estaba blanco. La nieve había envuelto el suelo y escondido los restos de lo sucedido esa noche.
Me giré y cerré los ojos. Volví a ver a ese astronauta con el casco roto y el ojo salido de su órbita. ¡Quién lo diría! Yo, un alto responsable de una de las empresas de marketing más importantes del país, dando vueltas en la cama, sudoroso, tembloroso, simplemente y llanamente acojonado.
Mi estómago me recordó la lechuga que cené. El aire que subió por mi tráquea, quemándola, la cebolla.
Me giré. Agobiado, con una pesadez tan sólo superada por la que me producía mi alter ego en la empresa don “no tengo nada más que hacer que cuando te veo darte la chapa y hacerte perder el tiempo”. De esos muchos conocen a muchos. Yo, por desgracia, lo tengo en la oficina de al lado…. Cerca de la máquina de café. Me estoy desintoxicando de la cafeína gracias a ello. “Sólo por no verle, oírle, hablarle…” Que pena…
No sé cómo, fue entonces cuando me quedé dormido.
Hasta que el astronauta volvió a mis sueños, con ese ojo saltarín, iba hablar, lentamente abrió la boca … pero antes de que la primera palabra saliera de su boca, estornudó y el ojo, ese ojo que colgaba, salió volando pegándose a mi mejilla.
Mientras despegaba el látex, con el que lo habían fabricado, oí al astronauta decir, perdone…, ¿me devuelve el ojo? Y a sus amigos, tras las risas…. Señor, ahora que es de los nuestros…. Dulce o Truco…. Caramelos o … y ahí uno de los niños más rojos por las risas, el Truco ya lo hemos hecho, parece más un zombi que nosotros, y eso que sólo tiene un ojo colgando.
Maldito Halloween…. ¿Zombi yo? …. Me giré intentado dormir la media hora que me quedaba antes de que sonara el despertador.